Tres años de silencio, tres años de travesía. Que podré decir? Unas libras de menos, unos años mas, un hermano menos...como alguien puede justificar tres años de ausencia? Solo siendo sincera, con el mundo, con migo misma. Mi hermano murió y parte de mi vida se fue con el. No podía escribir nada porque nada había en mi, estaba vacía, silenciosa, oscura, rota...
El duelo es un camino largo, solitario y doloroso. Un camino en donde se juntan recuerdos del pasado y ausencias del futuro. Una travesía que se debe recorrer irremediablemente. Mi hermano murió y el corazón se me hizo pedazos. Duele. Que difícil es caminar con el alma hecha un nudo y la vida apretada, con el dolor atrapandote mas y mas cada dia. Toma tiempo abrir los ojos y descubrir todas las heridas y disponerse a recorrerlas, limpiarlas y sanarlas. Empezar a caminar tus laberintos y descubrir en las esquinas una niña asustada, una adolescente perdida, una adulta abandonada. Toma tiempo consolar a cada etapa de tu vida. Sanar. Juntar todos los pedazos y volverlos a armar. Y es que todos los demás dolores aprovechan a aparecer, y aunque uno no quiera, no los puedes ignorar.
Aun voy caminando, no llego aun. No se si este camino tiene un final o simplemente forma parte de mi camino, no lo se, pero puedo ver que poco a poco empieza a salir la luz del amanecer. Veo que ya empiezan a germinar algunas flores. Es difícil recordar quien era yo hace tres años, este tiempo de gestación esta dando a luz a una nueva mujer que quiero conocer. Nunca volveré a ser la misma, pero seguro que ahora seré mejor, mas real, sin miedo y en paz.
Anoche llamo mi mama para decirme que una libélula gigante se había entrado a su sala, pensé: ya viene la lluvia, la sequía termino. Aquí estoy.